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A menudo, Mindfulness es el gran desconocido porque apenas se le relaciona con la vida cotidiana. Nombrar mindfulness consiste sencillamente en nombrar la palabra “conciencia”.

 

También nuestro propio cuerpo llega a ser un gran desconocido que dejamos en manos de especialistas –traumatólogos, neurólogos etc.- lo cual no está mal si aprendemos a “ayudar” a dichos especialistas con un aprendizaje consciente de nuestro propio cuerpo que genere un cuidado personal desde la conciencia corporal.

 

La Asociación AMYE, en su labor de difusión del Mindfulness, se adhiere a la propuesta de uno de sus Centros colaboradores y ofrece la participación gratuita de todos sus socios en este Taller “Psoas feliz” como actividad de conciencia corporal y trabajo consciente de uno de los músculos más importantes de nuestro cuerpo.

Sencillamente, cuando te inscribas (Teléf. 654 48 62 36)  advierte que eres socio/a de AMYE.

 

El psoas actúa como flexor de la cadera y rotador externo del fémur. Es un músculo profundo que afecta a nuestro equilibrio corporal conectando la columna vertebral con las piernas y entrando en relación con los órganos abdominales y respiratorios (diafragma, riñones etc.). Si está acortado, tira de las vértebras hacia abajo y puede producir problemas de dolores lumbares, pinzamientos y tensión en la fosa ilíaca y en el muslo. Pasar muchas horas sentado por cuestiones de trabajo multiplica el riesgo de psoas acortado.

 

Existe además un componente emocional en la tensión del psoas. No en vano, en ciertas tradiciones se le llama “el músculo del alma” o “sede del alma”. Al estar conectado con el sistema nervioso central como mensajero primario, se le puede considerar un “portavoz” de las emociones. Un estilo acelerado de vida, el estrés generan adrenalina que crónicamente contribuye a la tensión del psoas que envía señales al sistema nervioso afectando a la respiración y al movimiento de los fluidos corporales. Está involucrado en las reacciones físicas y emocionales básicas de miedo-huida, de tal forma que la tensión continuada de este músculo es como una alerta de peligro prolongado que afecta a todo nuestro organismo y repercute en las glándulas suprarrenales y en el sistema inmunológico.

 

El Yoga es una técnica ideal para la salud de este músculo a través de posturas (asanas) que trabajan para liberar la tensión innecesaria y ayudan a la corrección postural desde la toma de conciencia del estado del psoas.

 

Ciertamente un psoas relajado –feliz- nos permitirá fluir en un equilibrio general del cuerpo y desplegar nuestra vitalidad a través de una columna estirada, firme y equilibrada con el centro de nuestra pelvis, canalizando la energía vital de nuestro cuerpo.

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